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Psicológicamente es un respiro a la rutina de hacer una dieta estricta, el darte un “capricho” a modo de recompensa por el sacrificio y el trabajo realizado, ayuda a afrontar con más positividad y motivación el continuar con tu dieta.

Ayuda a controlar la ansiedad de dietas restrictivas e hipocalóricas. Realizar un cheat meal semanal ayuda con las “tentaciones” a lo largo de la semana y abandonan menos el plan de dieta de los que no lo hacen.

Aumenta los niveles de leptina, hormona que regula la sensación de apetito e interviene en el balance energético de nuestro organismo, favoreciendo que nuestro cuerpo queme más grasa.

Existe una relación entre leptina y las hormonas tiroideas y estas a su vez están relacionadas con la velocidad de nuestro metabolismo. Por eso muchos afirman que “sorprender” al cuerpo con una ingesta inesperada puede dar un empuje al metabolismo y favorecer la termogénesis.

Recarga del glucógeno muscular, cuando permanecemos a dieta hipocalórica durante un periodo de tiempo nuestro glucógeno muscular se ve afectado lo que puede provocar una falta de energía, sensación de apatía o cansancio, un cheat meal puede ayudarte a reponer los depósitos de glucógeno muscular y a “cargar las pilas sobre todo psicológicamente para seguir afrontando la dieta durante toda la semana. Y por último lo que sería una comida libre; recomiendo un plato de comida preferida y un postre.

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